miércoles, 20 de julio de 2011

PARA REFLEXIONAR

PIENSA ANTES DE ACTUAR

No hay nada en el mundo que pueda superar a los afectos para poder ser más feliz y tener una vida saludable, ni nada que sea más doloroso que la pérdida de un ser querido.



¿Qué es esto? ¿Dónde estoy? Siento que estoy flotando en un océano de agua tibia. ¡Qué placer! Oigo el latido del corazón de mi madre y ese sonido me inunda de seguridad, confianza y amor.
Me siento tan bien, todos los días mi cuerpo crece y me siento diferente. ¡Tengo tantas ganas de vivir! Todo alrededor es maravilloso porque me invade un arco iris de colores y sensaciones placenteras y siento que estoy en el paraíso.
Sin embargo, a veces escucho que alguien llora y eso me pone tan triste que también me haría llorar si pudiera.
Ahora me he dado cuenta que la que llora es mi madre y esto me ha preocupado tanto que ya no veo los hermosos colores que tanto me agradaban sino que me invade una misteriosa oscuridad que me da mucho miedo.
Los días pasan y me he acostumbrado a estar triste, porque mi madre llora todos los días. No se qué hacer para alegrarla, si tan solo pudiera decirle que no se preocupe, que yo la voy a hacer muy feliz cuando nazca, cuidándola, queriéndola mucho y consolándola siempre.
Siento muchos gritos, parece la voz de un hombre, y ahora el mundo parece derrumbarse porque siento que caigo en el vacío violentamente.
No sé qué pasó, creo que alguien golpeó a mi madre y la derribó. Casi no me he hecho nada malo pero sentí un fuerte cimbronazo que me aturdió un poco.
Ahora los dos nos hemos recuperado porque siento que todo está normal aunque mi madre siga llorando.
Hoy me desperté con un presentimiento, no se, siento que va a pasar algo que no me va a gustar. Tengo miedo. ¿Por qué me parece que algo muy terrible va a pasar?
No oigo nada, ningún ruido, sólo un extraño olor a desinfectante, tengo un poco de sueño, creo que dormiré un poco.
¿Pero qué está pasando? Siento que me arrastra la corriente y una enorme tijera me amenaza con matarme.
Trato desesperadamente de refugiarme en un rincón pero es inútil, ese infernal aparato se acerca más y más y ya casi me alcanza.
¡Socorro! ¡Ayúdenme! ¡No me maten! , yo no hice nada, por qué quieren hacerme daño. ¡Quiero vivir!
Un gran dolor me deja sin respiración, siento que mi vida se escurre por esa herida, casi no me queda aliento, sólo pienso en mi a amada madre tan querida que hubiera deseado conocer.
Pero no puedo más, ahora además siento frío y una luz brillante que me hiere, me ahogo, pero sin embargo alcanzo a percibir que estoy bañado en sangre mientras una persona vestida de blanco me sostiene con brutalidad antes de depositarme en una mesa de mármol como si fuera sólo un objeto.
Ahora que todo ha pasado me siento mejor porque me he liberado de mi cuerpo malherido, que por fin ha dejado de sufrir y ha muerto.
Percibo a una mujer en la cama que está despertando, está sola y parece triste. Siento que ella es mi madre, por fin la conozco, es muy joven y muy hermosa.
Todavía llora, quisiera consolarla pero no me escucha, me da mucha pena porque me gustaría estar a su lado para abrazarla, consolarla y decirle que la amo y que la perdono.
Pero es inútil, parece que va a llorar siempre. Mejor me voy porque siento que alguien me atrae, me gustaría que fuera el amor de otros padres que estén juntos y que realmente me quieran

Para que se desarrolle una depresión se necesitan dos cosas, el campo propicio y una situación que no se ha podido elaborar, una circunstancia mal vivida, a veces tan antigua que parece inofensiva, pero que sin embargo arruina el resto de la vida.

La naturaleza tiene su manera de hacer equilibrio y no deja espacios vacíos, los llena de melancolía, y el dolor se enquista, forma tumores, la culpa no permite conciliar el sueño, no disfrutar de la vida y aunque se tengan otros hijos nunca serán suficientes porque no estará aquel que por propia iniciativa han perdido.


RELACIONES SEXUALES PRECOCES



JUGANDO A SER MAYORES

La autoestimulación suele ser una actividad muy común durante toda la adolescencia, no solo al inicio. Además, esta cumple un papel muy importante, ya que permite explorar el cuerpo, conocer más sobre los genitales y su funcionamiento, así como liberar energía sexual. También la autoestimulación posibilita a la persona fantasear y prepararse para las relaciones genitales en pareja.
Al final de la adolescencia, y gracias a que se tiene una identidad más estable y mayor seguridad en la forma de relacionarse con los otros, la necesidad de estar en el grupo de amigos o amigas va desapareciendo porque se prefiere tener más tiempo para compartir a solas con la pareja. Esto no quiere decir que no se tienen amistades con personas del mismo sexo, sino que la relación cambia y se valora más la intimidad. Con respecto a las relaciones amorosas, al inicio de la adolescencia las y los jóvenes van descubriendo que sienten interés y atracción hacia otras personas, pero esos sentimientos se esconden y ocultan. Luego se experimentan muchos deseos de resultarle atractivo o atractiva a alguien más, por lo que pasan horas frente al espejo, buscando nuevas formas de peinarse o vestirse, por ejemplo.
Generalmente en la mitad de la adolescencia se vuelven más comunes las relaciones de noviazgo, que son cortas pero muy románticas e intensas. Más adelante, las relaciones amorosas se vuelven más duraderas y estables, caracterizadas por una mayor preocupación por lo que siente y desea la pareja. En estas épocas también surge la preocupación por decidir si se tienen relaciones sexuales genitales o coitales.
Además, en la adolescencia se consolida la identidad sexual, es decir, la forma en que una persona se siente, en lo más íntimo de su ser, como hombre o como mujer.